miércoles, 25 de agosto de 2010

VICENTE FERRER


Curiosa coincidencia que bajo ese nombre y primer apellido hayan existido dos personas santas, una oficial y otra laica.
El primero de ellos nació en Valencia en 1350, fue político, teólogo y predicador español. Ingresó en los dominicos en 1367 y estudió en Valencia, Barcelona, Lleida y Toulouse. En 1380 optó claramente por el papa de Aviñón contra el de Roma.
Fue consejero de Pedro de Luna y cuando éste fue nombrado papa de Aviñón en 1394 con el nombre de Benedicto XIII le nombró confesor papal. y legado en todo el Sur de Europa.
También fue designado por el reino de Valencia como compromisario en Caspe en 1412 e influyó para que el rey elegido para Aragón y Catalunya fuera Fernando de Antequera y la dinastía Trastámara (de origen castellano) incrementara su poder..
Usó siempre el valenciano en sus predicaciones y atribuyó a un “don de lenguas” el hecho de que todo el mundo le entendiera. Murió en la Bretaña francesa en 1419 en pleno recorrido misional. Fue canonizado el 3 de junio de 1455 por Calixto III.
El segundo Vicente Ferrer nació en Barcelona en 1920 y murió en Anantapur (India) en 2009. Durante la Guerra Civil participó en la batalla del Ebro en 1938, y después de estar en Francia poco tiempo regresó a España. Aquí estuvo durante el año 1939 concentrado en un campo de concentración en Betanzos.
En 1944 abandonó sus estudios de Derecho e ingresó en la Compañía de Jesús. Fue de misionero a la India en 1952 y, expulsado por el gobierno indio en 1968, pudo volver de nuevo un año después gracias a una manifestación de miles de personas que recorrieron 250 Km. La primera ministra Indira Gandhi le pidió que volviera, pero no a Bombay, entonces se instaló en Anantapur,
En 1970 abandonó la Compañía de Jesús, se casó con la periodista inglesa Anne Perry y juntos fundaron el Fondo de Desarrollo Rural en Anantapur, en el estado de Andhra Pradesh.
A partir de 1996 su trabajo se realiza a través de la Fundación Vicente Ferrer, su actividad se centra en los descastados llamados “intocables” y en las aldeas tribales del distrito de Anantapur.
Sus trabajos de gestión y canalización se convirtieron en tres hospitales generales, uno de sida, un centro de control natal, 14 clínicas rurales, casi 1700 escuelas, unas 30.000 viviendas y casi 3 millones de árboles plantados. El trabajo de su Fundación ha mejorado las condiciones de vida de dos millones y medio de personas.
El 1 de febrero de 2010 una plataforma independiente presentó en Oslo la candidatura de la Fundación Vicente Ferrer para el Premio Nobel de la Paz. A título personal le han otorgado muchos premios, de ellos sólo ciraré el Príncipe de Asturias de la Concordia de 1998 y la Creu de Sant Jordi de la Generalitat de Catalunya en el 2000.
La pregunta que quiero dirigir a mis lectores es cuántos Vicente Ferrer necesita este mundo para mejorar la vida de miles de millones de personas que viven en condiciones de extrema miseria. Él demostró con su trabajo que un mundo mejor es posible: Menos G-20 y más FVF es lo que hace falta.

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