lunes, 4 de agosto de 2008

EL ABRECARTAS



Excelente novela de Vicente Molina Foix, nacido en Elche (Alicante) en 1946. Estudió Filosofía en Madrid y se graduó en Historia del Arte por la Universidad de Londres. Fue elegido por José María Castellet para incluirlo en su antología de 1970 eNueve novísimos poetas españoles junto a Vázquez Montalbán, Martínez Sarrión, José María Álvarez, Félix de Azúa, Leopoldo M. Panero, Pere Gimferrer, Guillermo Carnero y Ana María Moix.
Además de poeta, novelista y dramaturgo ha cultivado la crítica literaria y cinematográfica, también ha traducido obras de teatro de Shakespeare.
Por esta obra le fue concedido el Premio Nacional de Narrativa el año pasado.
La novela está escrita en género epistolar y los personajes que aparecen y desaparecen como el Guadiana conforman una crónica de la historia intelectual (y no intelectual, como el personaje de Angelico) de España desde la Guerra Civil hasta el año 2000.
Me recuerda por su estilo a los Tres Tristes Tigres de Guillermo Cabrera Infante (aunque la del cubano no es epistolar) por el relato fragmentado y por los juegos de palabras que utiliza en los dos capítulos dedicados al cine protagonizados por el personaje Maenza (que acabo de leer en un artículo que fue real). El primero de ellos es el que menos me ha gustado de la novela, lo veo demasiado surrealista y teórico en contraste con el resto de la obra, que es más humano.
En esta novela, que empieza con unas cartas dirigidas por un compañero de escuela a García Lorca (seguramente no enviadas, ya que no llevan dirección), se mezclan personajes reales y ficticios que forman un mosaico de la historia de la posguerra española desde un punto de vista intelectual y humano al mismo tiempo.
El autor sabe manejar diferentes registros lingüísticos con maestría para dar a su obra verosimilitud y complicidad con el lector. Se lee con facilidad, el léxico es sencillo y no es necesario acudir casi al diccionario.
Los personajes más conseguidos (que supongo ficticios) son Alfonso, Setefilla, Angelico, Ramón; pero el que me ha parecido más logrado es el triple personaje Trinidad López Douce / Ramiro Fonseca / Tercera Persona, que precisamente cierra la novela de una forma un tanto abrupta.
Desde aquí recomiendo su lectura, tanto por su valor testimonial como por su calidad literaria indiscutible. Al estar escrito en forma de cartas no se hace pesado, el único inconveniente es que a veces hay que volver hacia atrás para seguir el hilo argumental. No me quiero extender en el comentario para que cada uno saque sus conclusiones.