sábado, 26 de septiembre de 2009

EL GENERAL MORAGUES


Una vez más celebramos el once de septiembre, la Diada Nacional de Catalunya, fecha en la que Barcelona se rindió en 1714 ante las tropas borbónicas de Felipe V d’Anjou después de un duro asedio.
Como en otra ocasión ya he hablado de las causas de la Guerra de Sucesión española, quisiera ahora hablar de un personaje que era para mí desconocido hasta que me habló de él José Antonio Purull.
Las celebraciones se centran en el Conseller en Cap de Barcelona, Rafael de Casanova, pero tengo entendido que en su Girona natal también se homenajea a Moragues. Otro personaje menos conocido también es Antonio de Villarroel y Peláez (1656-1742), comandante en jefe de las tropas austracistas en Cataluña y organizador de la defensa de Barcelona en 1714. Cayó también herido junto a Rafael de Casanovas el 11 de septiembre luchando ante las tropas del duque de Berwick, general de Felipe V.
Josep Moragues i Mas nació en Sant Hilari Sacalm (Girona) en 1669. Era agricultor propietario de tierras y entró en contacto con los vigatans, gente de la Plana de Vic que se oponía a las frecuentes incursiones del ejército francés en su territorio. Este sentimiento antifrancés desembocó en un rechazo total a la candidatura de Felipe V como rey de España.
Formó parte del Regimiento de las Reales Guardias Catalanas, regimiento de élite del ejército austracista catalán, llegando en él a General de Batalla, grado máximo al que se podía aspirar dentro del mismo.
Al ser nombrado el archiduque Carlos emperador austriaco se rompe la alianza de holandeses, ingleses y austriacos contra Francia y Felipe V. Así Cataluña queda en solitario luchando contra Felipe V, ya que los catalanes preferían los austrias a los borbones, por ser éstos mas centralistas.
Moragues luchó contra las tropas borbónicas en las comarcas interiores de Cataluña y en Barcelona hasta su rendición.
Después se retiró con su familia a Sort (Leida), pero fue reclamado por el Capitán General de Barcelona, donde se le requisa toda la documentación y se le pone bajo vigilancia. Ante la sospecha de un arresto intenta embarcarse clandestinamente hacia Mallorca (en ese momento en poder de los ingleses), pero el capitán del barco después de zarpar le reconoce y vuelve a la costa para desembarcarlo.
Posteriormente se refugia en Montjuïc a la espera de un segundo barco hacia Mallorca, pero es delatado y arrestado el 22 de marzo de 1715. Fue juzgado, torturado y ejecutado el 27 de mayo de 1715. Se le retiraron los honores militares y fue arrastrado a caballo hasta el cadalso, donde fue ajusticiado a garrote vil. Después fue decapitado y su cabeza expuesta en una jaula en la Puerta del Mar de la muralla de Barcelona durante doce años, a pesar de los ruegos de su viuda para que la retiraran.
Teniendo en cuenta que Rafael de Casanova (1660-1743) después de la rendición se retiró a sus posesiones de Sant Boi de Llobregat y le restituyeron sus bienes en 1725 y que Villarroel, después de estar encarcelado en el castillo de Alicante, en el de la Coruña y en el Alcázar de Segovia hasta 1725, vivió en Segovia con una pensión del archiduque Carlos, ya emperador; creo que habría que rendir homenaje al General Moragues y a todos los soldados desconocidos que cayeron en la defensa de Barcelona aquel desastroso año de 1714.

jueves, 3 de septiembre de 2009

LA NOVELA NEGRA










Recuerdo que de chaval, con 14 ó 15 años, cuando los deberes académicos dejaban tiempo libre, que era bastante (no como ahora), aprovechaba para leer unas novelitas editadas normalmente por Bruguera (tristemente desaparecida). En los 90 las publica Ediciones B-Grupo Z.
Eran del Oeste, policíacas, de ciencia ficción, románticas, etc., los autores solían utilizar seudónimo americanizado, ya que eran abogados, médicos, arquitectos, etc.: Curtis Garland (Juan Gallardo Muñoz) Lou Carrigan (Antonio Vera Ramírez), Silver Kane (Francisco González Ledesma), Keith Luger (Miguel Oliveros Tovar), etc. Corín Tellado y Marcial Lafuente Estefanía mantuvieron sus nombres reales. No debemos olvidar que estas novelas eran consideradas subgéneros literarios y ellos tenían otra profesión oficial.
Todavía conservo ejemplares editados en los años setenta que costaban entre 10 y 30 pesetas. Había librerías que las cambiaban por un módico precio, recuerdo haber ido a cambiarlas a una librería que había en la plaza Juan XXIII, en la esquina para subir al Castillo, creo que la llevaba la familia Plou.
La novela negra es un subgénero dentro de la novela policíaca, nace en Estados Unidos en las primeras décadas del siglo XX y debe su nombre a que se publicaban en la revista Black Mask (Máscara Negra). Yo me introduje en la lectura de novela negra con El halcón maltés de Dashiell Hammett y El sueño eterno de Raymond Chandler, considerados los creadores del género.
Otros escritores que he leído (además del gran maestro predecesor Sir Arthur Conan Doyle y su Sherlock Holmes) han sido Agatha Christie (Poirot y Miss Marple), Patricia Highsmith, Georges Simenon (comisario Maigret), etc. En cuanto a españoles puedo citar a Alicia Giménez Barlett, Eduardo Mendoza y, como no, a Manuel Vázquez Montalbán y su detective Carvalho. Las dos últimas novelas negras que he leído son Muerte en la Fenice de Donna Leon y La quinta mujer de Henning Mankell.
Donna Leon es una norteamericana afincada en Venecia hace años, la acción transcurre en su ciudad adoptiva, el comisario Brunetti se enfrenta a un asesinato en La Fenice, teatro donde se representa La Traviatta de Verdi. En uno de los entreactos aparece muerto el director de la ópera. Retrata el ambiente de una Venecia invernal y casi sin turistas, una Venecia provinciana donde se conoce la gente en la calle. El estilo sería parecido al de Ágata Christie, desfile de sospechosos en la escena del crimen y final rebuscado. Brunetti más que a Poirot me recuerda al teniente Colombo por la repetición de interrogatorios. Novela sobria en el estilo y sin violencia, buen análisis psicológico y físico de los personajes, adictiva.
Henning Mankell es sueco, la acción transcurre en Ystad (en el extremo Sur de Suecia). El inspector Wallander se enfrenta a un asesino en serie brutal, ha de investigar el pasado de las tres víctimas para encontrar algún punto de encuentro que le dé la pista que busca. Pocas descripciones físicas, las justas. Profundización psicológica sobre todo en el asesino. Precisión en las fechas, las horas y la climatología en que se producen los hechos. Minucioso relato del trabajo policial en equipo. Mucho más violenta que la anterior. Muy adictiva.
Recomiendo las dos novelas para el verano, aumentan la actividad cerebral que el calor ralentiza, por lo menos a mi.