sábado, 27 de febrero de 2010

SIETE CASAS Y UN ARMARIO
















Empezaremos el año comentando un par de libros que he leído recientemente y que me han parecido muy interesantes.
El primero de ellos es Siete casas en Francia de Bernardo Atxaga (Asteasu, Guipúzcoa, 1951). Este escritor en euskera tiene una prolífica obra, ha escrito relatos, poesía, cuentos infantiles, novela, etc. Su obra más conocida es Obabakoak, de 1988, por la que recibió el Premio Nacional de Narrativa, posteriormente fue llevada al cine por Montxo Armendáriz en el año 2005 con un notable éxito de crítica.
La novela a que me refiero se desarrolla en el Congo Belga de principios del siglo XX, durante el reinado de Leopoldo II, que convierte los territorios en patrimonio personal y amasa una fortuna con la explotación del caucho, la teca y el marfil.
La acción comienza cuando un joven oficial llega al destacamento de la Force Publique en Yangambi, junto al río Congo. Este experto tirador con su forma de ser altera la “pacífica“ convivencia del recinto. Se producen envidias, rencores, malos entendidos, admiraciones, entre los protagonistas del relato.
El autor penetra en las mentes de los personajes y nos hace unos retratos psicológicos de gran precisión, todo ello combinado con una acción mesurada pero continua y una descripción convincente del ambiente cerrado en medio de la selva en que viven los protagonistas.
El deseo contradictorio de seguirse enriqueciendo y de volver al hogar planea también en el relato, pero hay que conseguir la séptima casa, símbolo de la riqueza que permitirá una vida holgada en Europa, lejos de la selva asfixiante.
El segundo se titula Un armario lleno de sombra y su autor es Antonio Gamoneda (Oviedo, 1931, pero desde los tres años vive en León). Este autor debe su celebridad a la poesía y al ensayo y ha obtenido el Premio Cervantes en el año 2006.
Su poesía es de gran calidad, perro bastante difícil de leer por el sentido críptico de sus versos. No así este libro que os recomiendo donde relata su infancia de forma autobiográfica hasta los catorce años de edad. Es una prosa en general fácil de leer y asequible, excepto algún apartado en que habla de poesía un poco más complicado.
Gamoneda en esta obra mezcla los recuerdos que el llama heredados (relatados por su madre) con los propios reconstruyendo así parte de la vida de sus antepasados y su infancia. Habla de la Guerra Civil y de la posguerra en la ciudad de León y, concretamente, en el barrio del Crucero; habitado por obreros y ferroviarios.
Nos habla de represión, de pobreza, de hambre, de los sentimientos que todo aquello despierta en su niñez. Nos habla de amor, de amistad, de rebeldía, de odio; de su relación con la familia, los vecinos, los amigos, los compañeros del colegio de los Agustinos y muchas cosas más.
También relata cómo aprendió a leer en un libro de poemas que escribió su padre (murió cuando el tenía dos años) y cómo a pesar de no entender el lenguaje poético quedó prendado del ritmo y la sonoridad de las palabras. Tanto le influenció esta lectura que marcó toda su vida posterior dedicándose a la poesía y a escribir ensayos sobre otros poetas.
Que este año 2010 nos traiga buenas lecturas para olvidar la crisis.

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