sábado, 15 de noviembre de 2008

CASTELLDEFELS (1937-1960)


Este 12 de Octubre se cumplen cuarenta años de mi llegada a Castelldefels, donde resido ininterrumpidamente desde esa fecha. Por ello he decidido celebrar esa efemérides dedicando un artículo a la historia de la Guerra Civil y la posguerra en nuestro pueblo, como ya hice anteriormente con el de mis padres.
Para ello me he servido de las informaciones de una señora nacida en Castelldefels en 1937 que prefiere mantener su nombre en el anonimato.
Sus padres, procedentes de Valencia, se instalaron en Castelldefels en los años 30 y cuando estalló la guerra su padre trabajaba en la Rocalla. En la época republicana los mítines de los partidos políticos se realizaban en la Plaza de la Caperucita.
En el año 1938 un camión del ejército republicano pasó por el piso donde vivían (entre las calles Dr. Trueta y Onze de Setembre) y se llevaron a su padre y a otros vecinos al frente a pesar de que alegó que era apolítico y que tenía dos niños pequeños.
Después de estar en varios lugares en el frente al acabar la guerra fue encarcelado en Deusto y gracias a la intervención de dos familias acomodadas de Castelldefels pudo volver pronto a casa. Cuando salió de la cárcel le dejaron con la ropa que llevaba y una manta, pero sin dinero para poder volver a Barcelona y con el estómago vacío.
Salió del penal totalmente desorientado y se topó con una señora que llevaba a su nieto al colegio, le pidió humildemente algo de dinero para comprar pan y la señora le dio el bocadillo del niño, nunca se olvidó de este gesto tan caritativo en esos difíciles momentos. Cuando llegó a la estación buscó al Jefe de de la misma y le explicó el problema, al llegar el tren éste habló con el interventor y pudo realizar el viaje hasta Barcelona.
En casa la madre no sabía nada y cuando entró el padre por la calle las vecinas la avisaron y salió a recibirle corriendo para abrazarle, nuestra protagonista tenía tres años y, al bajar unas escaleras para reunirse con el resto de su familia, con la emoción tropezó y se hizo una herida en la barbilla.
Tras el regreso el padre volvió a trabajar en la Rocalla y también realizaba labores agrícolas en los campos de Moliner situados donde está la urbanización de La Muntanyeta, además trabajaba de pastor.
Volviendo a la Guerra Civil Castelldefels sufrió continuos bombardeos, cuando sonaba la sirena avisando del ataque su hermano la cogía en brazos y la llevaba a un solar (donde está el actual edificio antiguo del Ayuntamiento) donde había matorrales y habían hecho unas zanjas para refugiarse. Cuando veían el avión la gente decía “Ya viene la Pava”, bombardeaba la zona de la Rocalla y después se dirigía en dirección al mar.
El padre, como decía, trabajaba de sol a sol para poder comprarse una casa. Un jefe de la Rocalla construyó unas casas de una planta en la calle Dr. Trueta (entonces 18 de julio) detrás de las Escuelas Naciones (actual colegio Luis Vives) que han sido derribadas hace un año. Estas casas se mal llamaron “de la Rocalla”, pero no se han de confundir con las de la calle Iglesia, el motivo era que los empleados de la empresa tenían preferencia a la hora de comprarlas. Al final pudo reunir las 30.000 pts. que costaba la casa y trasladarse a vivir allí con su familia. El próximo artículo hablaré de la vida cotidiana de una joven en el Castelldefels de la posguerra.

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